El ministro de Educación, Ángel Hernández, aseguró que incinerar libros no es la mejor opción, a pesar de que aceptó que estos fueron comprados en momento inoportuno por el cambio curricular.
Mediante un mensaje por su cuenta de Twitter, Hernández dijo que estos pueden ser usados para promover la lectura en los centros u otra finalidad, por lo que «uso tendrán».
Este comentario sale a relucir luego de un reportaje que hiciera la periodista Julissa Céspedes, quien destapó que en los almacenes del Minerd reposan como basura en espera de incineración más de cinco millones de libros, y casi dos millones de unidades de útiles y equipos comprados de forma futurista, sin aparente coordinación con el currículo educativo aplicado por cada año escolar.
De acuerdo al reportaje de investigación, los documentos de adjudicaciones de grandes volúmenes de estas compras señalan a las gestiones de unos cuantos exministros.