No es de extrañar que en muchas ocasiones adoptemos hábitos que perjudican nuestro peso, pero ¿Sabías que tus hábitos nocturnos pueden ser grandes responsables de esto? La razón es muy sencilla: a la hora de ir a la cama, nuestro metabolismo se ralentiza y, de esta forma, facilita el almacenamiento de grasa. Por eso, es mejor evitar algunos hábitos nocturnos para poder cuidar de nuestra salud y figura.
Adiós a las grandes cantidades de comida.
A la hora de la cena, comer grandes porciones es un completo error, sobre todo si se quiere perder peso. Lo recomendable es disminuir las cantidades a la hora de cenar, puesto que te ayudarán a dormir mejor, a mejorar la digestión y a garantizar un buen funcionamiento general del cuerpo. De hecho, consumir una pequeña cantidad de fibra y fuentes de proteínas son alimentos perfectos para una cena ligera y saludable. Si aplicas este hábito podrás perder peso sin privarte de nada durante el día.
Ojo con no dormir lo suficiente.
No dormir las horas adecuadas es un pésimo hábito que no ayuda en la pérdida de peso, ya que una noche de sueño demasiado corta puede elevar el nivel de estrés, siendo este el responsable de aumentar los niveles de cortisol, la hormona responsable del almacenamiento de grasa. Por lo tanto, se recomienda dormir al menos siete horas por noche para que el organismo tenga tiempo de descansar lo suficiente.
Evita tomar café a la hora de la cena.
Tomar un poco de café negro durante la cena suele ser un momento especial para muchos, pero, lo cierto es que esto deteriora la calidad del sueño, aumentando el estado de vigilia durante las horas nocturnas. Si no puedes evitarlo, te recomendamos que optes por infusiones para conciliar el sueño y relajarse antes de ir a la cama.
Sedentarismo.
Llevar un estilo de vida sedentario es el desencadenante de muchas complicaciones comunes como los dolores articulares, la fatiga crónica y la ansiedad. Aquellos que evitan realizar actividad física queman menos calorías que los que practican algún deporte, lo que inevitablemente se convierte en un aumento de peso.
Comer justo antes de acostarse.
Comer unos minutos antes de ir a la cama es de lo peor que se puede hacer, ¿Por qué? Esto puede afectar a la calidad de tu sueño y causará que el metabolismo no elimine la grasa con la misma eficacia. Por lo tanto, la recomendación es comer al menos 3 horas antes de ir a dormir.
Evita el uso de pantallas antes de ir a la cama.
Este hábito es pésimo si se quiere tener una calidad de sueño considerable. Muchos no lo saben, pero el tipo de luz emitido por las pantallas electrónicas limita las horas de sueño y afecta al estado de relajación necesario para descansar.
Cuidado con la hora a la que te despiertas.
Generalmente, las personas que se levantan tarde suelen desayunar rápidamente o incluso no hacerlo, una práctica completamente equivocada, ya que esta comida es el factor más importante para comenzar el día llenos de energía. Por eso, el consejo es usar un despertador para comenzar el día tan pronto como sea posible y tener tiempo para preparar un buen desayuno.
Si desayunas grandes porciones y con mucho afán, puedes ser más propenso a los antojos. Lo mejor es desayunar con calma y preparar una comida nutritiva que te mantenga satisfecho hasta la hora del almuerzo.